En España, el nuevo partido Podemos se ha quedado sin uno de sus brazos. El profesor Juan Carlos Monedero, uno de sus fundadores y conspicuo portavoz, ha salido de la organización. Y no lo ha hecho por motivos de salud. Lo ha hecho porque se ha convencido de que el nuevo partido se parece mucho a los demás partidos que critica. Su dimisión es un duro golpe para el partido, empezando por su líder Pablo Iglesias.
Podemos es el partido más joven de España. Ha sido toda una revelación. En unos cuantos meses de existencia, logró cinco escaños en el Parlamento Europeo. Y a finales del año pasado unas encuestas revelaron que la organización estaba ya por encima del Partido Popular y del Socialista.
La salida de Juan Carlos Monedero pone a Podemos en la picota, como un partido tradicional exactamente igual a los que ya existen. El nuevo partido nació con la esperanza de no repetir las calamidades de los demás partidos, sus luchas socavadas por el poder, su corrupción sin vergüenza, los engaños a sus seguidores, su avaricia por el poder. Con la dimisión de Juan Carlos Monedero, ahora sabemos que Podemos no está exento de luchas intestinas, sectarismos y separatismos. Como los demás partidos, efectivamente. No sabemos cuál será su futuro.