Después del triunfo del Brexit en el Reino Unido y el ascenso de Donald Trump al Salón Oval de la Casa Blanca, el oleaje internacional apuntaba a otro triunfo de la ultraderecha, pero esta vez en Francia. Ante las elecciones del próximo 23 de abril, las encuestas empezaron a señalar a Marine le Pen como la puntera para llegar al Palacio del Eliseo.
Es sabido que la actual presidenta del Frente Nacional tiene una postura de rechazo total a los emigrantes que arriban a Francia desde los países árabes, y que de llegar a la presidencia de su país sacaría de inmediato a Francia del bloque de la Unión Europea. En ese sentido, Marine Le Pen sería la versión francesa del proteccionismo y la xenofobia de Donald Trump.
Pero al grueso de los franceses no les gusta que los tilden de imitadores, y menos si se trata de algún producto o personaje norteamericano. En Francia hay un sentimiento antianglicano que se profundiza cuando se trata de Estados Unidos. Por eso no quieren ni al Brexit ni a Trump. Y si el posible ascenso de Le Pen pone al grueso de los franceses en esa tesitura, entonces tampoco seguirían a la radical de derecha.
La contienda está sumamente cerrada, pero la candidatura de Emmanuel Macron despunta como la figura más viable para suceder a Françoise Hollande. Suena increíble que se trate de otro socialista, porque el socialismo ha perdido millones de adeptos en Francia recientemente. Pero Macron no es un socialista cualquiera. Ni siquiera se considera socialista. El partido que lo impulsa –En Marche!- promueve recuperar el crecimiento económico dinamizando sectores clave de la economía -particularmente la energía y la agricultura-, e impulsando una reforma fiscal que grave a las grandes propiedades y las especulaciones bursátiles. Pero eso no sería lo fundamental. Lo más importante es que Macron aboga por abrir las puertas de Francia a la emigración extranjera integrando a los emigrantes a la planta productiva, y busca nuevas formas de insertar a Francia dentro de la Unión Europea. Ante la anterior crisis desatada por la quiebra de Grecia, Macron fue uno de los pocos defensores de la permanencia del histórico país balcánico.
Lo más probable, entonces, es que a partir de las elecciones del 23 de abril exista una segunda vuelta prevista para el 7 de mayo. Pueden quedar frente a frente los dos candidatos: Marine Le Pen y Emmanuel Macron.