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Quesadillas en Manhattan

¿Qué tiene de particular una quesadilla con chipotle? Nada, salvo que se trata de un nuevo producto de una cadena multimillonaria en Nueva York. La empresa se llama Chipotle -uno de los restaurantes de comida rápida más populares desde que llegó al mercado- y el nuevo producto de su menú, para sorpresa de todos los mexicanos, son las quesadillas.

¿Nuevo producto? ¡Pero si cualquiera puede comer quesadillas desde hace siglos en los puestos callejeros de Ixtlahuaca, Tres Marías, Atlixco, Otumba, Jiquipilco, San Miguel de Allende o la Ciudad de México! Y cualquiera sabe que las hay que queso, flor de calabaza, hongos, chicharrón prensado, rajas y huitlacoche. Y que hay otras más refinadas, como las de hojas de betabel, las de queso crema con mango y chile poblano, las de aguacate, queso gouda y chile piquín en tortillas de color morado.

La noticia le está dando la vuelta al mundo que existe fuera de México. Chipotle es una cadena de restaurantes de comida rápida que fue creada con capital norteamericano en Denver, Colorado, en 1993. Actualmente es un archipiélago de más de 2,500 restaurantes que se extienden no solamente en Estados Unidos, sino también en Francia, Alemania, Canadá y el Reino Unido. Cuenta con una plantilla de 50 mil trabajadores. Es una empresa que cotiza en la bolsa de valores y tiene un valor de 13 mil millones de dólares. Sus clientes se cuentan por millones a diario.

Y ahí, en el mundo globalizado de la comida mexicana, incluir quesadillas no es fácil. Chipotle se especializa en tacos y burritos. Hacer quesadillas -dice Brian Niccol, director de la cadena- lleva más tiempo. Mientras calentar una tortilla es cuestión de segundos, una buena quesadilla se prepara en 2 minutos y medio. Y eso es una eternidad para un restaurante de comida rápida. Además, hay que cambiar toda la infraestructura, las parrillas instaladas, el diseño interior de los locales, la presentación de las fachadas y toda la propaganda. Pero el nuevo producto lo vale.

Si hubiera un mundo verdaderamente globalizado, de fronteras abiertas, las señoras que venden quesadillas en los pueblos de México podrían asistir a las exposiciones de todo el orbe para ofrecer quesadillas. Entonces los paladares de los cinco continentes verían lo que es bueno.

 

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