Rodolfo Corazón no es una persona. Se trata de un perrito que fue brutalmente golpeado con una hacha el mes pasado en Los Mochis, Sinaloa, por un hombre que cobró venganza porque el perrito supuestamente había mordido su novia en días anteriores. Esa brutalidad fue captada en un video que se hizo viral, y a partir de ese momento se originó un movimiento que trascendió a la colonia de Los Mochis y llegó a plantearse hasta en la conferencia mañanera del presidente López Obrador. En ella, todos los asistentes condenaron la violencia contra los animales.
El día de la agresión, los vecinos del lugar acudieron en defensa del perrito, detuvieron al agresor y lo entregaron a las autoridades; estuvo en prisión preventiva hasta que fue puesto en libertad porque su delito no fue considerado grave.
El hecho se inscribe en la historia de maltrato que han recibido los animales en México, y que tuvo momentos definitivos cuando se prohibieron las corridas de toros y las peleas de gallos y de perros en el país.
Los espectáculos de violencia y muerte han sido desterrados de los países civilizados. Nuestro país tiene que seguir ese ejemplo.