En el caso de Adrián de la Garza, el candidato ha solicitado el voto femenino a cambio de la entrega de una denominada «tarjeta rosa», en la que se depositarían 1,500 pesos bimestrales una vez que el candidato gane las elecciones del 6 de junio y se convierta en gobernador de Nuevo León.
Pero no es el único candidato que utiliza este recurso. En el proceso electoral en curso, al menos otros tres candidatos hacen campaña con la promesa de tarjetas de apoyo para mujeres. Víctor Hugo Romo, candidato de Morena a la alcaldía Miguel Hidalgo, ofrece «la tarjeta violeta»; Lía Limón, candidata de la coalición Va por México – partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD)- a la alcaldía Álvaro Obregón, ofrece «la tarjeta aliada»; Mauricio Kuri, candidato del PAN al gobierno de Querétaro, presentó la «tarjeta Contigo», que consistirá en un apoyo de 1,500 pesos para las mujeres de 18 a 59 años, en caso de llevarse la gubernatura.
Este delito tiene una larga historia. Desde hace 10 años, muchos otros aspirantes han recurrido a esta estrategia.
Se trata, hablando en plata, de la compra del voto.