El primer lugar de número de muertes en el mundo lo tiene Siria. Un país que lleva 6 años de una guerra letal y sangrienta, en la que se enfrentan grupos radicales y fundamentalistas contra un gobierno dictatorial, y donde el uso de armas químicas ha sido una constante. Los resultados son catastróficos: de los 22 millones de habitantes que tenía el país antes de iniciarse el conflicto, más de la mitad de ellos han tenido que salir huyendo de sus hogares y muchos de ellos tuvieron se refugiaron en otros países. Hay cerca de medio millón de muertos, muchos de ellos niños. Los infantes son víctimas, carne de cañón y reclutas para todos los bandos. Las principales ciudades han sido destruidas.
El mapa del enfrentamiento en Siria es amplio y complicado. El conflicto se inició en el marco de la llamada Primavera Árabe, un movimiento que buscaba el fin de las dictaduras y los antiguos califatos árabes, y que aspiraba a tener una mayor participación popular en los gobiernos. La marea de dicho movimiento acabó con las dictaduras de Muammar Gadafi en Libia, Ali Abdullah Saleh en Yemen y Hosni Mubarak en Egipto, pero no pudo sustituir el mandato de Bashar al Assad, que se fortificó en Damasco y desde ahí lanzó una serie de ataques mortíferos contra los rebeldes. Más adelante, el Estado Islámico de Irak y Siria se estableció en buena parte del territorio, y envolvió al mundo en una ola terrorista que ha afectado a varios países. Rusia intervino con ataques aéreos en defensa de al Assad, y recientemente Donald Trump decidió lanzar una serie de misiles contra una base militar al norte del país, con el pretexto de que al Assad había utilizado armas químicas contra los niños.
Eso es Siria. Y lo más preocupante y aterrador, por lo menos para nosotros, es que México ocupa el segundo lugar mundial en muertes, sin ser un país en guerra. O tal vez si lo está, y no nos hemos dado cuenta. La realidad es que, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos con sede en Londres, México fue en 2016 el país más mortal del mundo, con una cifra aproximada de 23 mil muertos. En Siria hubo cerca de 50 mil muertos. Después de México se ubica Irak, con 17 mil muertos, y Afganistán con 16 mil. Las dos últimas naciones se consideran, si bien no en guerra civil, zonas geográficas donde los enfrentamientos son el común denominador de cada día.
México no está, hasta ahora, en la mira de las potencias. No es tierra de fundamentalismos religiosos. Tampoco es surtidor del terrorismo. Pero el narcotráfico ha conseguido ubicar al país en el segundo lugar de una clasificación espeluznante. Solo superado por Siria. Por eso en México de ese tema ni se habla.