La canasta básica está en ascenso. Los precios de los productos alimenticios básicos para la dieta del mexicano se han elevado este año un 13.4%, muy por encima de la inflación. Según un sondeo del diario Excélsior, los productos que más han subido de precio son el limón (100% de aumento), el jamón (30%), el huevo (28%), el pescado (18.8%), la pechuga de pollo (17.6%), la manzana (17.5%), el azúcar (16.7%) y hasta la tortilla (8.3%). El índice inflacionario general puede estar en 5.56% según el Banco de México, pero los incrementos de los precios de los alimentos afectan directamente al estómago de los ciudadanos.
Es una mala noticia para los sectores más pobres de la población. Si bien en el pasado mes de diciembre la canasta básica medida en kilos y litros costaba $$1,254.00, a finales del mes de abril se incrementó a $1,422.00. Para los que ganan menos, es un aumento sustancial. Mientras los alimentos suben de precio, el salario mínimo se mantiene en $80.00 al día. Es una vergüenza. Con la mitad de esa percepción, no alcanza para comprar la canasta básica. Menos para mantener un mínimo de bienestar en términos de vivienda, educación y salud. A pesar de todas las declaraciones optimistas, estamos arrojando a cada vez más gente a la economía informal, donde se obtienen ingresos un poco mayores.
El tema del salario ha estado en boca de todos, y hasta los diputados se han congratulado por haber logrado un incremento de unos cuantos pesos más. Pero $80.00 pesos al día es una simple limosna. Ahora hasta los empresarios pugnan por subir el salario, por lo menos hasta los $90.00. Otra migaja.
Es claro que las comparaciones son odiosas, máxime cuando nos comparamos con el país más poderoso del mundo. Pero en términos salariales, esa comparación explica muchas cosas. En California, el salario mínimo es de 12 dólares por hora. Es decir, casi 240 pesos mexicanos. Un trabajador gana en California, cada hora, tres veces más que lo que un trabajador mexicano gana por día. Eso explica, en pesos y centavos, las causas de la migración. La gente va a Estados Unidos a trabajar -no a violar ni a delinquir, como dice Donald Trump-, porque lo que gana allá es muy superior a lo que se obtiene en México. Por eso las remesas se han convertido en la principal fuente de ingresos del país.
Dicen los empresarios que lo único que puede sacar adelante al país es el incremento de la productividad. Pero eso es solamente una parte del problema. Si se mantiene un salario mínimo a nivel de limosna, México no saldrá jamás de la pobreza.