Muchos trabajadores le hicieron caso. Cuando Alexander Lukashenko, presidente vitalicio de Bielorrusia terminó su discurso contra la crisis económica diciendo: "Tenemos que desvestirnos y ponernos a trabajar", los trabajadores llegaron a sus fábricas, comercios y oficinas con la ropa puesta, pero minutos después se despojaron de sus vestimentas y se tomaron