Desde que aparecieron los libros electrónicos, los libros impresos empezaron a librar una guerra encarnizada para no desaparecer del mercado. Y al principio empezaron a ganar las primeras batallas. Los lectores no se acostumbraban a la lectura en las pantallas. Eran demasiado brillantes, lastimaban la vista. No se podían escribir notas en