El tiempo de huracanes es previsible. Los meses de julio, agosto y septiembre están cargados de días turbulentos. Aguaceros torrenciales, desbordes de ríos, aguas gigantescas que se estrellan contra los puertos inermes, pueblos desvalidos, puentes desprotegidos y carreteras llenas de baches. El cambio climático ha catapultado los huracanes a intensidades nunca antes vistas. Los daños son cada