¿No es un acto de terrorismo disparar contra una multitud en un concierto musical? Si, dicen los cánones norteamericanos, si el que dispara es un miembo del Estado Islámico o está bajo su influencia. No, si el asesino es un hombre blanco que no tiene nada que ver con el Islam.
El hecho, más allá de las ideologías y la verborrea antiterrorista, es que ayer hubo 59 muertos, gente inocente que escuchaba en Las Vegas un concierto de música country. Y el asesino les disparó a mansalva, desde la ventana de un hotel de lujo. Los heridos, muchos de los cuales están en los lindereos de la muerte, se cuentan por cientos. Otra matanza absurda.
De acuerdo a los informes de la policía, el asesino es un hombre blanco, un lobo solitario de esos que por simple ocurrencia tienen que disparar contra todo ser vivo para guardar cierto equilibrio emocional. ¿Son culpables de cometer tales atrocidades? Un estudio siquiátrico diría que no pueden hacer otra cosa. Al actuar de acuerdo a un estado emocional incontrolable, las masacres que llevan a cabo pueden alcanzar cierto grado de exoneración. Un loco no es dueño de su voluntad ni de sus actos.
Pero resulta que en esa tragedia, como en muchas otras, sí hay culpables. Se trata de gentes de carne y hueso, individuos identificables, pero también un sistema legal absurdo. El sistema permite la venta de armas de todo tipo a cualquier sujeto, después de hacerle unas cuantas preguntas. ¿Piensa usted disparar indiscriminadamente contra una multitud indefensa? ¿No? Aquí tiene su rifle. ¿Quiere tener un arsenal? Adelante. La ley nos protege a todos.
Son culpables todos los que luchan por mantener la venta de armas como un derecho constitucional inalienable. Los miembros conspicuos de la Asociación del Rifle, los vaqueros que quisieran disparar a los forasteros como en los años del viejo oeste, los diputados y senadores que defienden la libertad de armarse para defenderse de los que ya están armados. Y las empresas de armamentos, que se regodean con las enormes ganancias que obtienen de las ventas de pistolas, rifles y cartuchos. Y Walmart, la tienda que vende rifles a los que juzga mayores de edad.
Si. La sicosis también genera terrorismo. Aunque no siga las líneas del Islam.