¿Por qué ganó Breaking Bad?  En la entrega de los premios Emmy de anoche la serie Breaking Bad arrasó con los premios en la categoría dramática. Se llevó los de mejor serie, mejor guión, mejor actor, mejor actiz de reparto y mejor actor de reparto. Y no es para menos. Lo que empezó como una modesta serie ambientada en el desierto de Nuevo México sobre las vicisitudes del narcotráfico, se convirtió en un fenómeno mundial reconocido por los públicos más variados.

Es difícil reducir el tema de la serie a unas cuantas palabras entre tantos cabos sueltos. Pero detrás de la transformación de un apocado maestro de química en un capo de la droga maquiavélico y sanguinario, se esconde el drama de un hombre que hace frente a su propio destino sacando de su interior la fuerza necesaria para llenar de metanfetaminas los mercados de droga y llenarse los bolsillos con millones de dólares que al final no sabe cómo utilizarlos.

Lo más paradójico del evento de premiación no fue el beso apasionado que Brian Cranston -el actor principal de Breaking Bad- le propinó a Julia Louis-Dreyfus por haberse llevado el premio como mejor actriz de comedia, sino el hecho de que Vince Gilligan -el genio creador de Breaking Bad, que ha sido comparado con los gigantes de la pantalla, como Walt Disney y Steen Spielberg-, se quedó con las manos vacías.