En Estados Unidos la igualdad es un mito. Las diferencias sociales en el país más poderoso del mundo son abismales si las comparamos con los países igualitarios, como Dinamarca, Finlandia, Canadá y Suecia. Por eso uno de los candidatos a la presidencia, el Demócrata Bernie Sanders, tiene como bandera de campaña subir los impuestos a los más ricos, y bajar la tasa de los más pobres.
El rival de Hillary Clinton en los Demócratas se define como un «demócrata socialista», y pretende incrementar los impuestos del sector que tiene ingresos superiores a los 5 millones de dólares al año de 29% al 47%, y al del que tiene ingresos superiores al millón de dólares anuales del 30% al 36%. Para los que ganan menos, la tasa se mantendría en el 10%.
Por eso, y porque el sector que más gana es el que también mantiene las campañas políticas, podemos asegurar que Bernie Sanders no será el próximo presidente de Estados Unidos.