En la esquina noreste de la República Mexicana, muy cerca de la frontera, se encuentra el pueblo de San Fernando. Un reportaje esplendido y sombrío, escrito por Azam Ahmed -el corresponsal de The New York Times en México-, relata de manera detallada la sórdida costumbre del secuestro en México, pone al descubierto la ineptitud de las autoridades encargadas de combatirlo y revela la valentía y el calvario que tienen que sufrir las familias afectadas cuando secuestran a sus hijos.
Una de las afectadas, Miriam Rodríguez, llevó a cabo una escrupulosa investigación para encontrar a los culpables del secuestro de su hija Karen. Para ello, se transformó por completo. Se cortó el pelo, se lo pintó, se hizo pasar por encuestadora, trabajadora de salud y funcionaria electoral para conseguir los nombres y direcciones de los involucrados. Inventó excusas para conocer a sus familias: abuelas y primos que, sin saber lo que se proponía, le daban los más mínimos detalles. Los registraba y fue rastreando a los culpables, uno por uno.
Atrapó y entregó a diez asesinos. Después de tres años de búsquedas, la mataron.
Su historia es una radiografía horripilante, con un final trágico, del México en el que vivimos.
(En la fotografía aparecen los padres de Luciano Leal Garza, otro de los secuestrados.)