Ahora que Amnistía Internacional pone el dedo en la llaga y señala que la tortura sigue siendo una práctica común y extendida en México, es preciso buscar las puertas de salida para erradicarla definitivamente.
Una salida, institucional y revolucionaria al mismo tiempo, es el establecimiento de los Juicios Orales en toda la República. Con esta práctica la tortura pierde sentido, porque las únicas declaraciones que resultan válidas para los jueces son las que se presentan en los Juicios Orales. La policía se dedicaría a la investigación de los delitos, y la costumbre de arrancarle al presunto culpable su declaración con métodos carniceros sería archivada definitivamente.
Dice María de los Ángeles Fromow, encargada del establecimiento de los Juicios Orales por parte de la Secretaría de Gobernación, que en junio de 2016 toda la República tendrá por ley Juicios Orales para aplicar la jusitica. Es un cambio radical, porque Aministía Internacional afirma que entre 2010 y 2013 los casos de tortura denunciada fueron más de 7 mil.