Los ciudadanos de la tercera edad viven en el desamparo. Según un estudio del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, sólo la cuarta parte de ellos recibe una pensión reducida. El estudio arrojó que en la actualidad hay nueve millones 455 mil habitantes mayores de 65 años, de los cuales cuatro millones 300 mil son hombres y cinco millones 155 mil, mujeres. De éstos, dos millones 637 mil están ocupados, es decir, 27.9 por ciento todavía es población económicamente activa. Pero su salario es raquítico.

Este escenario se hace más difícil para las mujeres, porque son las que aportaron menos dinero a su pensión cuando estaban en edad productiva, y porque las mujeres siempre ganan menos que los varones. Ellas sufren más lo que todos los ancianos sufren: falta de vivienda digna, falta de alimento y enfermedades desatendidas.

México se hace cada vez más un país de ancianos. El  crecimiento dinámico de los mayores de 60 años, los sitúa en una situación de desamparo crónico; y la tendencia histórica apunta el crecimiento de este sector.  Hoy, el 9.4 por ciento de los mexicanos tiene más de 65 años, cuando en la década de los 50 este índice era de cinco puntos porcentuales.

Si no actuamos con prontitud, cada vez seremos más viejos, y también cada vez seremos más pobres.