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Viva lo bueno

En las notas periodísticas que fluyen a diario México es la nación del narcotráfico, la violencia, la corrupción y los secuestros. Pero detrás de esa fachada horripilante también hay historia, geografía, arte, comida, sociedad y valores. Un recuento feliz a vuelo de pájaro vería La Rumorosa  cerca de Tecate, los murales de Diego en la Secretaría de Educación, los taquitos al pastor que compiten en cada esquina, los colores del estambre huichol, el cono blanco del Citlaltépetl, los tejidos de Teotitlán, las tlayudas del mercado de Oaxaca, las cartas de Sor Juana, la Plaza Vasco de Quiroga en Pátzcuaro, el tequila que ahora se vende en Londres, Los Olvidados de Buñuel, las trajineras de Xochimilco,  el mole de olla, Piedra de Sol, los tacos de chapulín, los discursos de Cantinflas, las Quince Letras de Zacatecas, Santa María Tonantzintla en Puebla, el Mar Caribe, Boca del Cielo en Chiapas, la pancita de Jalisco, Las Patronas de Veracruz, el mezcal que subió de precio, Santo Domingo en Oaxaca, el Son Huasteco, los papadzules, los análisis sobre cambio climático de Mario Molina, los miles de refugiados de España, la casa de Edward James en Xilitla, Pedro Páramo, los chipilines de Tabasco, El Circo Volador, la Ciudad Universitaria antes de que entraran los narcos, el pulque neutro de los llanos de Apan, los rebozos y los sarapes, Aura de Fuentes, la simpatía de Pedro Infante, el espesor de la Selva Lacandona, la Plaza Garibaldi al amanecer, las mujeres de Mexicali, los empedrados de Guanajuato, los jaguares y saraguatos, el Son Jarocho, la plata que queda en Taxco, el refugio del Padre Solalinde, Amores Perros de Iñárritu, el queso de Oaxaca en tortilla de harina, el salto de Joaquín Capilla, el guapo caminar de Tin Tan, el golazo que metió Gio contra Estados Unidos, las agujas de Monterrey, los vericuetos de los Viveros de Coyoacán, Gael García interpretando al Che Guevara, el gancho izquierdo del zurdo Zaldívar, el Cañón del Sumidero, Quetzalcóatl bajando las escaleras de Chichén Itzá, el atole de vainilla, el atuendo de José María Morelos, el asilo a los chilenos y argentinos, las canciones de Manzanero, el automóvil eléctrico de la UAM, los restos mayas en Isla Mujeres, el desarrollo sustentable de Nuevo San Juan, la ensalada de nopalitos con cebolla y jitomate, la república autónoma de Cherán, el Huapango de Moncayo, la firmeza de Salma Hayek cuando se pone brava, los dedos de Agustín Lara sobre las teclas del piano, Daniel Giménez Cacho vestido de Hamlet, los campesinos cruzando montes para llegar a La Villa de Guadalupe, los soldados en época de huracanes, Cri-Cri.

Cualquiera podría decir: Mis hijos. Mis amigos. Mi mujer.

Si. Que viva México.

 

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