El voto por correo ha sido parte de las elecciones estadounidenses desde hace más de un siglo, y este año millones de electores se preparan para emitir su voto por correo. Para ello se establecerán buzones seguros, donde los ciudadanos podrán depositar sus votos y a partir de ahí los funcionarios electorales podrán realizar el conteo.
El voto postal en condiciones de la pandemia del coronavirus parece un mecanismo más seguro para evitar aglomeraciones y posibles infecciones. Sin embargo, este año el voto postal puede ser la arena en la que se debatirán y resolverán las próximas elecciones, ya que el presidente Donald Trump ha afirmado en varias ocasiones que en ese terreno se está gestando un fraude electoral.
Este año, un récord del 76 por ciento de los votantes estadounidenses podrían ser elegibles para recibir una boleta por correo.Todos los estados permiten algunas votaciones por correo, pero algunos requieren una razón específica o entregan la boleta solo si el votante la solicita. Siete estados, entre ellos Texas, Nueva York y Carolina del Sur, requieren una excusa justificada para votar en ausencia. Treinta y cuatro estados, incluidos Pennsylvania, Florida y Ohio, permiten el voto en ausencia a todos los residentes que citen el coronavirus o no especifiquen el motivo. Paradójicamente, el propio Donald Trump ha solicitado una boleta por correo en el estado de Florida, donde acude a jugar golf durante sus periodos vacacionales.
Los funcionarios electorales de muchos estados, preocupados por la posibilidad de transmisión del coronavirus en los lugares de votación, han realizado modificaciones temporales en las elecciones de este año. Algunos estados establecen que las boletas deben recibirse antes del día de las elecciones, y a otros les basta que las boletas tengan un matasellos en esa fecha.
Todo apunta a que, por una gran cantidad de motivos de procedimiento, cualquiera pueda denunciar que existe fraude electoral.
Y eso es lo que posiblemente hará Donald Trump.