Como se sabe en el mundo de la cinematografía, Will Smith se llevó el carro completo en la entrega de los Óscares. Y no por su actuación en la película Rey Ricardo: una familia ganadora -por la que obtuvo el Óscar como mejor actor-, sino por haber golpeado en el rostro a mano abierta a Chris Rock (en la fotografía) quien desde el escenario hizo una broma pesada sobre Jada Pinkett Smith, la esposa de Will.
Todo sucedió en el Dolby Theatre, y la bofetada fue considerada como un acto de violencia. A la hora de recibir la estatuilla, Smith subió al escenario y dio un discurso bañado en lágrimas, y dos días más tarde renunció a la Academia por su mal comportamiento.
El presidente de la Academia de Cine, David Rubin, dijo que la renuncia del actor Will Smith fue aceptada.
«Continuaremos avanzando con nuestro procedimiento disciplinario contra el señor Smith por la violación de los códigos de conducta de la Academia de cara a la junta directiva estipulada para el 18 de abril», declaró Rubin.
Lo que nadie dijo fue que Chris Rock se burló abiertamente de una mujer que está perdiendo el cabello porque padece alopecia, una enfermedad que provoca dicha pérdida.
El corolario de este episodio deja muy mal parada a la Academia de Hollywood. Nadie puede golpear a nadie, porque eso se considera una forma de violencia. Pero cualquiera se puede burlar de cualquier enfermo, porque eso se considera una broma.