Si bien el Estado Mexicano tiene el control político y militar de la mayor parte del territorio nacional, existen franjas importantes en algunos estados -sobre todo en Jalisco, Michoacán, Guerrero y Sinaloa- donde el narcotráfico se ha fortalecido
En el mapa del narcotráfico, organizaciones como el Cártel del Golfo, Los Zetas, la Familia Michoacana y los Beltrán Leyva han adquirido un perfil extremadamente violento. Otras se han apoderado de plazas, demarcaciones y colonias muy cotizadas, como el Cártel de la Unión Tepito y el Cártel de Tláhuac, que operan en la Ciudad de México; Los Viagra que se encuentran en Michoacán; el Cártel del Noreste, que opera en Tamaulipas; y el Cártel Independiente de Acapulco, Los Rojos y los Guerreros Unidos, que tienen una fuerte presencia en el estado de Guerrero.
Hoy apareció la noticia de que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha bloqueado el despliegue de operaciones militares en varios territorios de Michoacán.
De acuerdo con los informes de inteligencia, el Cártel del Golfo tiene presencia en 14 entidades; Los Zetas en 13; el Cártel del Noroeste en cinco; Guerreros Unidos en cuatro; La Familia en tres; Los Beltrán Leyva en tres; el Cártel de Santa Rosa de Lima en dos; La Unión Tepito en dos; y las Fuerzas Anti Unión en otras dos.
Estamos lejos de considerar a México como un narcoestado -como lo fue Colombia en un momento-, pero la presencia corrosiva del narcotráfico impide, entre otras cosas, hablar de un auténtico Estado de Derecho.