De repente, la gente desaparece. Los maridos y las esposas ya no llegan a sus casas, los niños salen de las escuelas y se pierden, los vecinos se esfuman del vecindario sin aviso previo.
Las personas desaparecidas representan el dolor más profundo para las familias, los amigos y conocidos. Es como si dejaran de existir, sin dejar rastro.
En México hay hasta esta fecha más de 100 mil personas desaparecidas, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas.
Este Registro sigue los casos que se presentaron desde la década de los años setentas, y un 83.5% se acumuló a partir del año 2006, cuando se inició la llamada guerra contra el narcotráfico, en el sexenio de Felipe Calderón. En la administración actual se han sumado otras 31,520 personas desaparecidas.
Del total de los registros, Jalisco lleva la delantera como la entidad donde hay más personas desaparecidas -14,971-; le siguen Tamaulipas, con 11,971, y el Estado de México, con 10,993.
Para el registro del horror, una persona desaparece en México cada dos horas.
La desaparición de personas en México es un dolor que no cesa.