En unas elecciones reñidísimas en Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva derrotó a Jair Bolsonaro. Da Silva ganó con el margen de victoria más estrecho de los últimos años, señal de la profunda división que enfrentará como presidente. Consiguió el 50,90 por ciento de los votos válidos, frente al 49,10 por ciento de Bolsonaro. La cifras se emitieron con el 99,97 por ciento de lo escrutado el domingo por la noche.
La victoria es la culminación de la sorprendente resurrección política de Da Silva, que salió de la presidencia directamente a la prisión, y ahora está de regreso. También pone fin al turbulento periodo de Bolsonaro, considerado como el líder más poderoso de la región. Es la primera vez en los 34 años de democracia moderna del país que un presidente en funciones no logra ganar la reelección.
Durante años, Bolsonaro atrajo la atención mundial debido a la aplicación de políticas que aceleraron la destrucción de la selva amazónica y exacerbaron la pandemia del Covid, que dejó un saldo de casi 700.000 personas fallecidas en Brasil; al mismo tiempo se convirtió en una personalidad internacional de ultraderecha gracias a sus ataques a la izquierda, los medios de comunicación y las instituciones democráticas de Brasil.
La primera tarea de Lula Da Silva será la reconstrucción de Brasil como un solo país.