En la ola de violencia que ha azotado recientemente a Estados Unidos, la búsqueda de motivos se ha convertido en una actividad de primordial importancia para los investigadores. Y en este terreno, las investigaciones sobre los videojuegos agresivos están en primera fila de los estudios y los debates.
La Asociación Psicológica de América se ha unido a las discusiones, argumentando que los juegos violentos están ligados a la agresión, pero que no hay suficiente evidencia para vincularlos a la violencia contemporánea. La Asociación sostiene que realizó una centena de estudios sobre videojuegos entre 2005 y 2013, y aunque algunos estudios sugieren vínculos con la violencia criminal y los cambios neurológicos, no se puede comprobar que la violencia de los videojuegos provoque actos criminales.
Sin embargo, la propia Asociación establece que hay niveles de riesgo. Por eso sugiere a los padres establecer medidas de mayor control sobre los niños que se obsesionan con esos juegos.