El pasado viernes Donald Trump tuvo que cancelar un evento en la Universidad de Chicago por las amenazas de violencia. Varios grupos de oposición a sus políticas se dieron cita en las afueras del local, y los presagios eran muy pesimistas. Había grupos de negros y musulmanes dispuestos a enfrentarse con sus simpatizantes, y la policía esta lista para intervenir para poner su dosis de violencia contra cualquiera.
Los mítines de Donald Trump se han vuelto cada vez más violentos. El candidato republicano está cosechando lo que sembró: surcos de odio y enfrentamientos.
Ante los gritos de los opositores, Trump ha dicho que sus simpatizantes deben responder golpeándolos en el rostro. Es decir, iniciar una espiral de violencia. Es algo congruente con un discurso racista y excluyente, propio de Hitler y Mussolini. No es casual que uno de los grupos que lo apoyan sea el Ku Klux Klan, infamia de los Estados Unidos.