Mikhail Gorvachev, el padre de la perestroika en la antigua Unión Soviética, sigue vivo. Acaba de publicar un libro sobre su visión política del futuro de Rusia, y apunta a una nueva revolución en el país. No se trata de una revolución económica, como la que tuvo lugar desde los intentos de golpes de Estado y el arribismo de Boris Yeltsin.
Se trata de una revolución política hacia la democracia, un cambio sustancial que le proporcione al pueblo elecciones libres, un congreso autónomo, un sistema judicial independiente y una prensa libre.
Gorbachev no quiere que Vladimir Putin se apuntale para un tercer período presidencial. Dice que sería un error. Afirma que la legislación debe cambiar para garantizar la verdadera participación del pueblo. Sostiene que Rusia debe abandonar el paternalismo burocrático del pasado, de la época de Brezhnev. Que necesita respeto a los derechos humanos y elecciones libres. Rusia necesita un liderazgo fuerte, pero no un Hitler o un Stalin.