Entre los pocos ciudadanos eufóricos por el triunfo de Donald Trump se encuentran los miembros del Ku Klux Klan. Cuando la prensa le preguntó al candidato republicano su opinión sobre el grupo, dijo que no los conocía. «Muchos grupos me apoyan, y no puedo reconocerlos a todos», señaló agitando los brazos. Pero el Ku Klux Klan no lo niega como parte de su parroquia. Por eso anunció un desfile de victoria para el próximo 3 de diciembre en un pueblo de Carolina del Norte para celebrar el triunfo del magnate, triunfo que se atribuye con orgullo.
En el anuncio sólo se hace referencia a un “Desfile de Victoria” sobre un retrato engalanado de Trump.
David Duke, exlíder del klan y exrepresentante del estado de Lousiana quien perdió una carrera por el Senado, atribuyó el triunfo del magnate a la ayuda de los partidarios de la supremacía blanca. “No se equivoquen, nuestra gente jugó un rol enorme en la elección de Trump”, escribió en su cuenta de Twitter. En el mismo sentido se pronunció el cabecilla neo-nazi y fundador del sitio web Daily Stormer, donde se convoca a los neonazis a volver a tomar las calles. Su líder, Andrew Anglin, celebró la victoria de Trump con una prosa fascista:
“Nuestro líder glorioso ha ascendido a Dios Emperador. No se equivoquen: nosotros hicimos esto. Si no fuera por nosotros, no hubiera sido posible. La raza blanca está de vuelta en el juego. Y si nosotros estamos jugando, nadie puede vencernos. Los triunfos no van a parar”.
Los grupos neonazis y xenófobos mostraron una inusitada presencia en Twitter durante la campaña de Trump. Dicen con orgullo que son su base social de apoyo.