Este año será difícil para México. Y no solamente porque el país enfrenta un proceso electoral inédito por el número de cargos en juego, sino porque será sometido a varios exámenes en materia de derechos humanos. Y en nuestro país esa no es una materia fácil de pasar.
El gobierno será llamado a revisión de los informes presentados ante el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Naciones Unidas en marzo, y ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (de la misma ONU) en julio. En noviembre, México será llamado para revisión ante el Consejo de Derechos Humanos, de acuerdo a su prueba quinquenal en el marco del Examen Periódico Universal.
De la última de estas revisiones, se derivó más de un centenar de recomendaciones, incluyendo violencia contra las mujeres, desapariciones, tortura, crímenes contra periodistas y secuestros.
No es un tema que se tome a la ligera. El país no ha mejorado en ninguno de dichos rubros. Y a final del año, habrá un nuevo gobierno. Con un paquete enorme que tendrá que resolver.