Hacia las 11.30 de la mañana del pasado 12 de julio, empezaron a circular los tweets anunciando que una plaza comercial, “Plaza Artz”, se había derrumbado…así, sin matices: “Se cayó Artz Pedregal”. Lo cierto es que se cayó una parte “volada” de la estructura, sin que por el momento se conozcan heridos por el siniestro. Las imágenes y videos al respecto muestran un cordel de señalización para evitar la circulación de personas por ahí y de paso, recuerdan derrumbes recientes y todavía dolorosos para los capitalinos.
Mal cálculo, se puede pensar de inmediato, pero a continuación, es posible reflexionar sobre lo que simbolizan esas plazas comerciales en el país. Terrenos enormes, que bien podrían albergar parques, museos o cualquier otro tipo de espacios culturales y recreativos, incluyendo canchas deportivas, que se convierten en enormes vitrinas para alentar el consumo de todo…lo que no hace falta.
Curiosamente, las plazas comerciales se erigieron también en símbolos de “desarrollo”. Torreón, para poner un ejemplo, hacia finales del siglo XX no tenía nada. Cuando abrió el primer Sanborns (1998-1999 aproximadamente) que es una especie de plaza comercial en miniatura, hizo las delicias de sus habitantes: “ya tenemos donde comprar libros”, decían los profesionistas. Una década después, Torreón podía alardear de poseer más de tres Plazas Comerciales en forma. Había accedido a la modernidad.
Tal pareciera, sin embargo, que ha comenzado el declive de este tipo de plazas por lo menos en Estados Unidos, (en Europa el espacio destinado a este tipo de comercio es menor), país al que intentan emular en México algunos empresarios. Las compras por internet han empezado a competirles y una nota del Financial Times del mes de abril del año pasado destacaba que JCPenney anunció el cierre de 138 tiendas y Macy’s de 68.
En la Ciudad de México el Parque de beisbol del Seguro Social ubicado en el cruce de las avenidas Cuauhtémoc y Obrero Mundial, desapareció en el año 2000 cuando sólo en los estacionamientos conservó algunas de las glorias del beisbol en los nombres de los pasillos, sobre los cuales se erigió Plaza Delta con sus innumerables comercios. Y todo parece indicar que será el destino del Estadio Azul en la colonia Nápoles y Noche Buena, cercano a la estación de metrobús “Ciudad de los Deportes”, si el derrumbe en la Plaza Artz no se considera como una metáfora.