En La peste, obra fundamental del extraordinario escritor Albert Camus, la peste es una plaga que va diezmando a la población de manera inevitable, absurda, sin que ningún poder humano pueda detener su estela de podredumbre y muerte. Algo parecido ha sucedido en México, donde la inseguridad creció a niveles incontrolables durante los últimos años, sin que nadie haya reparado en las causas de una peste que fue liquidando a los mexicanos año tras año. En la última década, los homicidios a mano armada fueron aumentando de 20 a 25 mil al año, y de ahí pasaron a estacionarse en 30 mil cada doce meses. Un promedio terrorífico de 100 homicidios al día en todo el país.

En el discurso oficial, por fin, la inseguridad está desplazando a la corrupción como el principal mal que aqueja al país. En primer lugar, están los números. El Instituto Nacional de Geografía y Estadística, una de las instituciones más confiables en el país, siempre arroja resultados estremecedores. En 2018 se cometieron 33 millones de delitos en México, y las entidades más perjudicadas fueron la Ciudad de México y el Estado de México, en las que alrededor del 40% de su población fue víctima de algún delito. Los homicidios alcanzaron la cifra récord de 35 mil en 2018. La población de un pueblo entero, desapareció a mano armada.

Sabemos que las ciudades más peligrosas de México siguen siendo Tijuana, Acapulco y Ciudad Juárez, pero en últimas fechas han destacado también Ciudad Victoria e Irapuato. Y en 2019 la peste sigue cobrando víctimas. En el primer semestre del presente año, el número de víctimas supera las 17 mil. Un nuevo récord.

¿Hay alguna buena noticia en este panorama fúnebre? Si. En Sinaloa, la cuna del Chapo Guzmán, los homicidios bajaron en los últimos meses, después de la detención de su rival Dámaso López Núñez en la Ciudad de México. Y en Puebla, según el titular de la Defensa Nacional, la multiplicación del número de policías y soldados llevó a una reducción de los homicidios vinculados a la delincuencia organizada, al pasar de mil 041 hasta septiembre del año pasado a 373 casos en el conteo anual del presente año.

Oro cambio notable es que en la Ciudad de México, después de 10 meses al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta Martínez renunció a su cargo. No hizo nada.

No pudo.