La carrera presidencial en Estados Unidos ha estado más reñida que nunca. Ahora sí los partidos políticos representan, cada uno, a una parte de la nación. Se podría decir, como en los años de la Guerra de Secesión, que se trata de dos naciones en pugna. Por eso Joe Biden, adelantando su reloj a las horas incandescentes que se avecinan, dijo en su último discurso que «no hay que ver a nuestros rivales electorales como enemigos. Somos parte de una misma nación.»
Es muy probable que la elección presidencial se defina muy pronto en el estado de Georgia, que cuenta con 16 votos electorales y que lleva contados el 95% de los votos. Si los demócratas ganan esa entidad, llegarían a tener 269 votos electorales, y les faltaría un solo voto para ganar la presidencia.
Claro que del otro lado del cuadrilátero se encuentra Donald Trump, un contendiente que hará todo para no perder en el proceso electoral. Incluso, más allá del berrinche pronosticado, un sabotaje.