A unos cuantos días de las elecciones locales de Madrid -llamadas por los españoles elecciones autonómicas– la violencia, las amenazas y el temor han regresado por sus fueros a la escena política de España. Al igual que en los días del dictador Francisco Franco, la gente teme salir a la calle.
Las últimas noticias son muy preocupantes. El Ministerio del Interior recibió una carta anónima acompañada de cuatro proyectiles de un viejo fusil utilizado durante décadas por el ejército español. La carta decía: “Tu mujer, tus padres y tú estáis sentenciados a la pena capital”, y estaba firmada por Pablo Iglesias, el candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la directora de la Guardia Civil, María Gámez, también recibieron cartas amenazantes. Tres días después, la ministra de Industria, María Reyes Maroto, recibió una carta acompañada de una navaja. Y al día siguiente, dos nuevas cartas fueron interceptadas. Una dirigida nuevamente contra la directora de la Guardia Civil, y el otro a Isabel Díaz Ayuso, la candidata del Partido Popular y actual presidenta de la Comunidad de Madrid. Además se ha revelado un nuevo mensaje de amenaza, que incluía dos balas, esta vez contra el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
Desde su ingreso en la institucionalidad del país, y el registro del partido ultraderechista llamado Vox, la extrema derecha se ha dedicado a deslegitimar al gobierno y a sembrar el temor y el odio entre la población.
Como el autor del envío de la carta y la navaja a la ministra de industria ya ha sido identificado, y se trata de un hombre privado de sus facultades mentales, eso ha servido para culpar a este individuo de todas las amenazas que se han hecho, menospreciando el cima de crispación que se ha establecido en el país.
Las consecuencias de todo esto son impredecibles.