México se ha consolidado como una estación de paso para todos los flujos migratorios del mundo que buscan ingresar a Estados Unidos. Por eso su territorio se ha vio inundado de guatemaltecos, hondureños, salvadoreños, nicaragüenses, haitianos y caribeños. Pero no solo eso. A nuestro país llegan también peregrinos africanos que buscan refugio de la pobreza, la falta de oportunidades y de la guerra.
Angola es un país que ha sido botín de los europeos desde el siglo XIX, y que estuvo en la mira de las potencias que contendieron durante la guerra fría. Angola obtuvo su independencia de Portugal en 1975, después de una guerra prolongada y sangrienta. Sin embargo, como muchas veces sucede, el nuevo país se enfrascó en una intensa guerra civil que mermó todas sus capacidades económicas, y que duró desde 1975 hasta 2002.
Este año, un grupo de angoleños decidió abandonar el país, y viajó en avión hacia Etiopía y Brasil. De ahí pasaron a Ecuador y Colombia, y a pie cruzaron hacia Panamá. Después llegaron en autobuses hasta la frontera con México.
Los angoleños han engrosado el éxodo de los 3 mil africanos que se encuentran varados en los poblados de la frontera sur desde hace cuatro meses. Todos pasan las noches en tiendas de campaña. Ninguno habla español. En ocasiones, se enfrentan a la policía.
De las más de 22 visas humanitarias que ha expedido el gobierno mexicano este año, solo 44 han sido para africanos.
(Información de Reforma y la BBC)