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Alto al acoso sexual

La próxima entrega de los Globos de Oro tendrá un ingrediente inesperado: muchas actrices acudirán a la alfombra roja vestidas de negro, como protesta contra el acoso sexual a las mujeres. Y ahora no solo en Hollywood. Se ha formado un movimiento en el que se busca ponerle fin al acoso sexual en la empresas, entidades públicas, cualquier tipo de oficinas. El movimiento se llama Time Up, y está encabezado por más de 300 actrices, directoras, guionistas y abogadas. Entre las actrices se encuentran Ashley Judd, Eva Longoria, Natalie Portman, Emma Stone y Reese Whitherspoon. Entre las abogadas se encuentra Tina Tchen, quien fue la jefa de asesores de Michel Obama.

El movimiento busca asesorar legalmente a las mujeres de menores recursos -enfermeras, empleadas de oficinas, hoteles, empresas y restaurantes- para protegerlas de cualquier forma de abuso sexual; impulsar una legislación que penalice a las empresas que toleren los abusos, y luchar para que las mujeres ocupen puestos de mando al igual que los hombres en todos los trabajos.

Todo eso se inscribe en un movimiento que se inició con las acusaciones contra Harvey Weinstein, uno de los productores estrellas de Hollywood, y se fortaleció cuando la revista Time nombró como personaje del año al hashtag llamado #Metoo, que multiplicó las voces de las mujeres que levantaron la voz contra los abusos sexuales. Una de ellas fue Salma Hayek, la actriz mexicana que protagonizó la película Frida, que estuvo a cargo, precisamente, del acosador Weinstein, ahora prófugo.

El movimiento contra los abusos sexuales va en ascenso, pero tiene límites que parecen infranqueables. Uno de ellos es político. Y se trata de un enorme político: Donald Trump, quien ha sido acusado de abuso sexual por una docena de mujeres. Si el movimiento se detiene a las puertas de la Casa Blanca, mostrará sus límites comprensibles. Pero si llega hasta el Salón Oval, puede ser un catalizador para otra deposición presidencial. Mucho peor que la que enfrentó Bill Clinton en su trato con Mónica Lewinsky.

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