La firma Apple no se irá de China. No le importa que Donald Trump amenace a las empresas norteamericanas que no quieran volver a su territorio. Tampoco teme la imposición de mayores aranceles para sus productos en la tierra del Tío Sam. Apple llegó a China para quedarse ahí.
En la asombrosa ciudad de Zhengzhou, cuna de una cultura milenaria, Apple tiene su mayor fábrica de celulares. El iPhone es el producto mejor vendido y más rentable de Apple. Desde su lanzamiento, se han vendido más de mil millones de unidades en todo el mundo. Eso significa, puesto de manera simplificada, que uno de cada siete habitantes sobre la superficie terrestre es dueño de un iPhone. Omitiendo el dato, claro, de que un solo individuo puede tener uno o varios iPhones.
Actualmente, cerca de la mitad de todos los iPhone del mundo se producen en una enorme fábrica en Zhengzhou. Para llegar al producto final, hay una larga cadena de producción. Apple le compra muchas de las partes del iPhone —la tarjeta de memoria, el modem, el módulo de la cámara, el micrófono y el controlador de la pantalla táctil, entre otras— a más de 200 proveedores en todo el mundo. Foxconn, la empresa taiwanesa que dirige las instalaciones de Zhengzhou, produce algunas de las partes más pequeñas como las carcasas de metal.
Las instalaciones de Foxconn en Zhengzhou no son pequeñas. Tienen una extensión de 5,6 kilómetros cuadrados y pueden emplear hasta 350.000 trabajadores, muchos de los cuales ganan cerca de 1,90 dólares la hora. Es decir, un trabajador chino gana cuatro veces más que el salario mínimo en México.
En la fábrica existen 94 líneas de producción, y se necesitan unos 400 pasos para ensamblar el teléfono, incluyendo el pulido, las soldaduras, las perforaciones y la instalación de los tornillos. La fábrica puede producir medio millón de unidades de iPhone al día, o cerca de 350 por minuto. El precio de los iPhone en China puede ser casi un 20 por ciento más alto que en Estados Unidos. Los clientes chinos pueden pagar precios mucho más altos debido a las fluctuaciones de la moneda y el alto impuesto al valor agregado del país.
Un iPhone 7 de 32 gigas se vende en cerca de 776 dólares en la tienda Apple de Shanghái. En Nueva York cuesta 649 dólares.
¿Quiere Donald Trump elevar los aranceles a los iPhones de Apple producidos en China? Adelante. La firma puede resistir esa y otras muchas presiones.