El candidato electo Donald Trump ha encendido nuevamente los focos de alarma al decir que va a abrir de registro de una base de datos para todos los musulmanes que ingresen o residan en Estados Unidos. Se trata de una medida forzosa que se implementaría en los sitios de concurrencia, y que evoca las bases de datos que los nazis tenían de los judíos que residían en Alemania.
«El registro de musulmanes puede realizarse en diferentes lugares. Las mezquitas, por ejemplo. Pero es un tema administrativo. Nuestro país no tiene una administración», señaló Trump en Iowa ante los micrófonos de la NBC. Posteriormente, al preguntársele si esta medida sería diferente a la que pusieron en práctica los nazis contra los judíos, Trump respondió: «tú dímelo», para evadir la respuesta.
La medida obedece, supuestamente, al hecho de que los grupos terroristas tienen seguidores en el interior de los países occidentales -Estados Unidos, Francia, Bélgica, Reino Unido- que han sido capaces de llevar atentados como los de la sala de conciertos en París y la reunión de carácter laboral en San Bernardino, California. Con una base de datos sobre los seguidores del islam, según Trump, sería mucho más fácil ubicar a los terroristas potenciales.
En esta cruzada, el ganador de los recientes comicios en la Unión Americana no está solo. La búsqueda de asilo por parte de los sirios e iraquíes que tratan de ingresar a Estados Unidos fue tachada por Ben Carson -el candidato republicano que abandonó la carrera ante el empuje de Trump- como «un perro rabioso rondando tu vecindario».
Tal vez no sea un solo perro rabioso el que se ha desatado. La victoria de Donald Trump puede desatar una jauría de ese tipo.