Cada vez que hay una masacre en Estados Unidos se reanuda el debate sobre la estrategia para combatir la violencia que brota en el país sin control alguno. Para unos, la única forma consiste en armar a los desarmados: los maestros de las escuelas, las amas de casa, los trabajadores de la limpieza. Para otros, la única forma consiste en acabar con el libre tráfico de armas, desarmar a la población y quitar el derecho a portar armas de la lista de derechos humanos fundamentales.
En ese tema, al parecer, no hay acuerdo posible.
El ex Presidente Donald Trump rechazó el viernes pasado un control de armas más estricto durante su discurso en la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) y en cambio pidió a los estadounidenses una nueva fase para armarse.
«Como dice el viejo refrán, la única manera de detener a un tipo malo con un arma es un tipo bueno con un arma (…) La existencia del mal es una de las mejores razones para armar a los ciudadanos respetuosos de la ley», destacó. La Asociación Nacional del Rifle, por su parte, abrió una convención en Texas entre protestas.
Durante su discurso, el ex Mandatario nombró a cada una de las víctimas en la masacre en una primaria de Uvalde, Texas, en donde 19 menores y dos maestras murieron durante un tiroteo.
«Prevaleceremos. Como dice nuestra Declaración de Derechos en esas palabras claras e inmortales: ‘El derecho del Pueblo a poseer y portar armas no debe ser infringido'», indicó Trump.
Varios cientos de manifestantes se reunieron fuera del lugar de la reunión, anunciada como la «mayor reunión de miembros de la NRA y partidarios de la Segunda Enmienda» en Estados Unidos, algunos gritando «NRA vete» y «vergüenza, podrían ser tus hijos hoy».
Por su parte, el senador republicano por Texas Ted Cruz defendió el derecho a tener y portar armas y dijo que quitarlas no va a hacer a Estados Unidos más seguro.
Al hablar ante la misma convención de la Asociación Nacional del Rifle en Houston, Cruz lamentó la masacre cometida por un «monstruo, lunático, psicópata». Tras decir que las «élites» van a afirmar que la raíz del problema son las armas, Cruz dijo que quitarlas no va a brindar seguridad.
«Para millones de estadounidenses el derecho a tener y portar armas no es teórico, no es abstracto. Para una mamá soltera en un barrio peligroso es cuestión de seguridad básica. Quitarles las armas a estadounidenses responsables no los va a poner a salvo, ni hará la nación más segura».
Mientras Cruz hablaba en la convención del principal lobby de armas estadounidense, decenas de personas protestaban afuera exigiendo control de armas. Algunos portaban imágenes de los niños asesinados el martes pasado en la Escuela Primaria Robb de Uvalde, Texas.
El único país en el que hubo un descenso de la criminalidad cuando se desarmó a la población es Gran Bretaña. En Londres, los homicidios tuvieron un descenso del 40% en la década del 2000 al 2010, cuando el gobierno de Tony Blair (en la fotografía) prohibió la venta de armas y compró las que tenía la población a buenos precios.
Todos salieron ganando.