En Estados Unidos el electorado está tan dividido que muchos de los que van a votar por los demócratas van a votar por correo -el 47% de ellos-, y los que van a votar por los republicanos -el 66% de ellos- lo harán en persona. Eso es, en parte, por el efecto de los discursos. Como Trump ha satanizado el uso de los votos por correo, muchos de sus simpatizantes no piensan usarlo.
Y eso va a tener ciertos resultados en la elección. En Winsconsin, un estado que se ha considerado pendular, entre los votantes que planean enviar su voto por correo Biden es el favorito por 67 puntos porcentuales. Y en el mismo estado, entre las personas que piensan ir a las casillas, Trump lleva una ventaja de 41 puntos.
En términos generales, los líderes y representantes de los partidos están llamando a votar, independientemente de la forma de hacerlo. Para ambos partidos, el llamado al voto es lo esencial del mensaje. Pero para algunos el voto en persona es crucial. Incluso para algunos representantes que favorecían el voto por correo. Una figura tan fuerte y tan carismática como Michelle Obama, no ocultó su llamado a votar en persona. «Debemos todos hacerlo -dijo-, y de preferencia el día de la elección en la mañana temprano.».
De manera que Michelle estará en persona en la casilla que le corresponde.
Lo paradójico es que, como lo ha hecho en años anteriores, es probable que Trump envíe desde Florida su voto por correo.