El pasado Buen Fin, como siempre, fue un éxito para los comerciantes. Las ventas alcanzaron casi los 120 mil millones de pesos en México. Todas las tiendas afiliadas al sistema lo celebraron con una sonrisa en todos sus anuncios.
Lo mismo ocurrió con el Black Friday en Estados Unidos, que fue el origen de las ventas monumentales en México. El año pasado, solamente en ventas por Internet, el fin de semana de las rebajas logró ventas por más de 6 mil millones de dólares.
Sin embargo, alrededor del mundo, un oleaje de animadversión al consumismo golpeó a las puertas de todos los comercios. En Estados Unidos, solamente, se escenificaron más de 80 huelgas de consumidores en las tiendas de diferentes ciudades. Lo mismo sucedió en Asia y Europa. En Alemania, un ejército de 630 mil activistas irrumpieron en las tiendas para evitar las compras. En Chicago las marchas culminaron en cierres de comercios. En Los Ángeles, el lema que se regó como pólvora fue: «¡No a las compras, Si a la huelga!». Según la agencia Reuters, se llevaron a cabo huelgas y marchas en 2,300 ciudades de 152 países del mundo.
El tema que unificó a las protestas fue la lucha contra el cambio climático. Las manifestaciones reunieron a más de 2 millones de personas, y los líderes fueron los jóvenes. La activista norteamericana Maya Arengo (una joven de 16 años) declaró que “nuestros gobernantes no entienden que nosotros, los jóvenes, estamos aterrados por el futuro, y que no vamos a detener nuestra lucha hasta que el futuro sea un territorio seguro.»
La sueca Greta Thunberg, el rostro juvenil más reconocido por su lucha contra el cambio climático, hizo un llamado a todos los consumidores para preservar la Tierra de un calentamiento que la convierta en cenizas. Para ella, como para millones de jóvenes, la lucha por la conservación del planeta es una lucha contra el capitalismo.
Y los capitalistas, sobre todo los comerciantes, lo saben. Por eso están aterrados. Más que los jóvenes.
(Información de Time Magazine)