¿Qué hace el Chapo Guzmán en prisión? Deprimirse, dicen las autoridades. Y cuidarse de su entorno, porque al parecer hay mucha gente que lo prefiere muerto. Basta imaginar el número de políticos, funcionarios, militares y policías que puso en su nómina a su servicio. Por eso hay que evitar su muerte. Y para ello, tiene a su lado a un perro cuya misión es probar antes que nada sus alimentos, para evitar que el Chapo muera envenenado, como en las venganzas de los viejos tiempos.
¿Y la depresión? Bueno, pues a falta de Prozac, al Chapo le han dado a leer El Quijote. Tal vez pensaron que la lectura lo puede distraer. O que las andanzas del Quijote lo pueden orientar por el camino del bien. Sin embargo, las autoridades no pensaron en que el autor de El Quijote, Miguel de Cervantes, también estuvo preso durante cinco años de su vida, y que trató de escapar cuatro veces. Aunque jamás lo logró, no se trata de seguir ese ejemplo.