El Tata Martino llegó a la selección nacional con una aureola de triunfador. En Paraguay, estando al frente de dos equipos -Libertad y Cerro Porteño- ganó varios títulos. Pero ahora, al frente de la selección nacional de México, el Tata es un acumulador de derrotas. Las dos últimas -contra Estados Unidos y Canadá-, muy importantes.
México acabó el año en tercer lugar de la tabla de la Concacaf, empatado con Panamá en 14 puntos. Arriba quedaron Canadá en primer lugar con 16 puntos y Estados Unidos en segundo lugar con 15 puntos. México se salvó de tener que clasificar mediante el repechaje solamente por la diferencia de goles.
La estrategia del Tata al frente de México lo llevó al abismo. El Tata manda a sus jugadores siempre a jugar a defensiva, como si salieran a defender un marcador favorable en los últimos minutos de un partido. Parece que su meta en cada partido es que el juego se desarrolle los 90 minutos en la media cancha, y que termine con un marcador de 0-0.
Con el Tata al frente del equipo, México no ha podido -ni podrá- hilvanar una sola victoria.
Los próximos partidos se ven muy distantes, pero hay que actuar en consecuencia. El jueves 27 de enero del próximo año México se medirá contra Jamaica, y el 30 contra Costa Rica. Si México conserva a su estratega para esas fechas, tendremos que decirle adiós al Mundial de Qatar.