Los norteamericanos están acostumbrados a ver a su país siempre en el pico más alto de los logros. Son el país más rico del mundo, con el mayor Producto Interno Bruto del orbe, la nación con el grado más alto de tecnología, la cuna del Internet y las redes sociales, y el país que produce la mayor cantidad de multimillonarios en el mundo.
Sin embargo, Estados Unidos se ubica también en un primer lugar que ningún otro país desea. Tienen el primer lugar mundial de casos de coronavirus -con más de 6.3 millones- y el primer lugar de muertes por la pandemia -con más de 200 mil decesos. Esto último es una cifra alarmante, ya que representa más muertos que los que tuvo el país en la Segunda Guerra Mundial.
¿Por qué ha sucedido eso? Los medios de comunicación, tan ávidos de dar respuestas a las preguntas básicas de la nación, tienen sus propios ideas y conclusiones. Es un abanico muy variado de teorías, pero casi todos concluyen en algunas nociones básicas. En primer lugar, Estados Unidos fue una nación que menospreció el alcance de la pandemia, y no tuvo un líder capaz de enfrentarla con claridad y rapidez. Eso se nota en un detalle que parece menor, pero que explica muchas cosas: los líderes del país no aparecieron usando cubrebocas sino hasta etapas muy tardías de la pandemia.
Otro detalle, igualmente importante, es el reducido nivel de pruebas que se han realizado en el país desde el inicio de la epidemia. Sobre este punto, algunos políticos señalaron que no querían alarmar a la gente.
Y bueno, la gente no se alarmó. Pero eso no detuvo la propagación del virus.