Los devaneos de Donald Trump tienen de cabeza a los analistas políticos de Estados Unidos. Sus insultos racistas contra una antigua colaboradora de la Casa Blanca, que acaba de publicar un libro incandescente contra el actual inquilino de la Avenida Pennsylvania, han abierto un nuevo frente de guerra para un presidente sin estrategia. Su política parece ser la ausencia de política. Por eso el libro de Omarosa Manigault -una mujer negra que lo apoyó en su campaña- se titula Unhinged, que puede traducirse como Desquiciado. Algo nada escandaloso a estas alturas.
Mientras tanto, los partidos contendientes se aprestan para participar en las elecciones intermedias del próximo mes de noviembre. Y el péndulo político oscila hacia el bando de los rivales de Trump. Los demócratas necesitan apoderarse de 23 asientos en la Cámara de Diputados para recuperar el control de El Capitolio. Actualmente tienen 193 diputados, y necesitan 218 para ser mayoría.
Son varios los factores que pueden ayudar a los demócratas a retomar la mayoría en el Capitolio. Por supuesto que en primer lugar está el comportamiento de un presidente que no tiene control sobre sus impulsos, y que se desquita de todo el mundo usando su twitter como catapulta con fuego. Pero en Estados Unidos todavía queda un sector de la población -cada vez más reducido- que apoya sus bravatas y desahogos. Junto a ello, existen otros ingredientes que pueden darle a los Demócratas un número mayor de asientos. Un factor de peso es el retiro de 40 congresistas republicanos, que han declarado que ya no buscarán la reelección. Son los mayores y los más experimentados. Frente a ellos, hay 18 diputados demócratas que han anunciado su retiro. Y por otro lado, hay rostros nuevos, como el de Alexandria Ocasio-Cortez, una joven mestiza de 28 años de edad nacida en el Bronx, que ganó las primarias de Nueva York y que desbancó a Joseph Crowley, uno de los baluartes de los Demócratas en la Costa Este. Todo indica que Alexandria derrotará por amplio margen a Anthony Pappas, uno de los vetustos republicanos que continúan vociferando contra los impuestos.
De acuerdo a un análisis diario que combina las encuestas principales sobre la elección de noviembre, al 13 de agosto la tendencia indicaba que los Demócratas ganarían la elección con una intención de votación del 46.7%, mientras que los Republicanos presentan un 40.9% de la intención de voto.
Sin embargo, lo más interesante vendrá después de las elecciones.