Colin Firth, uno de los actores más renombrados de Inglaterra, decidió tomar la nacionalidad italiana. Cambió de país en repudio al Brexit, la salida del Reino Unido de la Comunidad Europea. Casado con una productora de cine italiana -Livia Giuggioli-, el actor ha pasado de la oposición declarativa al cambio de pasaporte. Nada grave, porque puede tener las dos nacionalidades. Pero para como están las aguas de la separación de Inglaterra, su decisión es un golpe mediático muy fuerte para el Partido Conservador y los discursos oxidados de la primera ministra Theresa May a favor del Brexit.
Después de su aparición como el príncipe tartamudo en la película El discurso del rey -el Rey Jorge VI, a quien le tocó enfrentar la Segunda Guerra Mundial-, Firth se convirtió en uno de los actores más homenajeados de la tierra de Shakespeare. Por esa cinta ganó el Oscar al Mejor Actor, el Globo de Oro, el BAFTA -el máximo premio del Reino Unido- y los premios de los actores y guionistas de Hollywood. Pero no solo eso. Nombrado como uno de los Hombres Libres de la ciudad de Londres, el actor se convirtió en un decidido activista a favor de los derechos de las comunidades aborígenes de África, y un defensor de los refugiados de las guerras del mundo árabe.
Pero su decisión no sorprende a nadie.