Florida es uno de los estados de la Unión Americana que tienen más peso para inclinar la elección hacia uno u otro candidato. Como puerta de entrada para todos los cubanos que emigraron de la isla desde el triunfo de la revolución cubana en 1959, Florida tiene la aureola de la libertad ganada en balsa, y la esperanza de un nuevo porvenir en la tierra de la gran promesa. Por eso es, desde hace décadas, un territorio fértil para los candidatos republicanos.
Pero el triunfo no es tan fácil. El electorado recuerda cómo en una de las elecciones más reñidas, la de 2012, George Bush -el candidato republicano- obtuvo el triunfo sobre Al Gore -el demócrata- por apenas 537 votos. Luego la diferencia se redujo aún más, y el nuevo presidente llegó a la Casa Blanca envuelto en un velo de sospecha.
Ahora el electorado de mayor edad se inclina por la figura de Joe Biden, pero la cantidad de empates en las encuestas auguran una elección muy disputada y con altas posibilidades de reclamos, solicitudes de anulación de votos y protestas ante la prensa.
Si: Florida es una territorio turbulento.
Y no solamente por los huracanes.