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En defensa del papel

Desde que aparecieron los libros electrónicos, los libros impresos empezaron a librar una guerra encarnizada para no desaparecer del mercado. Y al principio empezaron a ganar las primeras batallas. Los lectores no se acostumbraban a la lectura en las pantallas. Eran demasiado brillantes, lastimaban la vista. No se podían escribir notas en los márgenes. Carecían del aroma literario del papel. Sin embargo, paulatinamente, los libros electrónicos fueron ganando terreno. Con el invento de los aparatos Kindle (de Amazon), las lecturas electrónicas empezaron a parecerse más a las de los libros impresos. Las pantallas se hicieron más amigables. Perdieron brillo sin perder claridad. Permitieron los subrayados y los apuntes al margen. No igualaron el olor del papel, pero empezaron a defender a los árboles. La lectura de libros electrónicos se convirtió en una bandera ecológica. Los costos de los libros se redujeron notablemente. Y lo más importante: los aparatos Kindle se convirtieron en bibliotecas portátiles. Cualquiera podría llevar un centenar de libros en la bolsa interna del saco.

Junto a la crisis del libro impreso apareció la crisis de las librerías. El mercado editorial en Italia se ha reducido 15% en los últimos diez años, reconoció Carlo Feltrinelli -director de la editorial Feltrinelli y Anagrama- y, para enfrentarlo, ha apostado por nuevas estrategias para enfrentar la crisis de la librería tradicional.

Una de ellas es el concepto de restaurante con librería llamado RED (Read, Eat, Dream), que combina el placer de la lectura con el placer de la comida. Otro ejemplo es un canal de televisión a través del cual se difunden series que nacen a partir de los libros publicados por Anagrama. Otro es la Escuela Holden, de Alessandro Baricco, una academia que enseña a los alumnos a ver con detenimiento el mundo circundante para aprender a contar historias.

Ferviente defensor del libro impreso y enemigo acérrimo de Amazon, Feltrinelli dice que el libro de papel está repuntando en el mercado: “Bueno, en 2007 empezó la historia del e-book para sustituir el libro. Pero una década después, ese índice está disminuyendo en EU y en Italia, donde las ventas electrónicas alcanzan 5% de las ventas de libros; tienen un poco más en Francia y Alemania, pero yo creo que la gente está volviendo al libro de papel”.

Con toda seguridad, ambos libros seguirán vivos en lo que resta del siglo. Como el cine y la televisión. Y seguirán peleando.

 

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