El juicio que se le sigue en Brooklyn a Joaquín Guzmán Loaera, el Chapo, ha abierto la llave de un caudal de supuestas revelaciones, de las cuales lo más probable es que la mayoría de ellas sean mentiras.
Pero hay otras que no parecen serlo. Entre ellas están las de Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael Zambada García, conocido como el Mayo, y a quien lo andan buscando las autoridades mexicanas y estadounidenses porque lo consideran el nuevo jefe del Cártel de Sinaloa.
Según The New York Times, al cruzarse en el juicio los dos capos se hicieron una señal de saludo. Y después la confianza -si es que la había- rodó hasta el suelo entre las butacas del tribunal. Vicente Zambada habló a lo largo de cinco horas detallando las formas de envíos de la droga a Estados Unidos -en carros, trenes, aviones y submarinos-; los vínculos con proveedores, distribuidores, sicarios y familiares de Honduras, Belice y Colombia, y un abanico de anécdotas sobre la fuga del Chapo y el intento fallido de su hermano, así como la rivalidad y guerra entre los carteles de Sinaloa, Ciudad Juárez y el Golfo.
Entre sus declaraciones, hay tres que sobresalen y deberían ser investigadas a fondo por las autoridades mexicanas: en una de ellas afirma que su papá le pagaba 50 mil dólares mensuales a un militar mexicano del más alto rango; en otra sostiene que en la nómina de cartel se encontraba uno de los guardias personales del entonces presidente Vicente Fox, y en otra afirma que en 2007 él mismo se reunió con un grupo de funcionarios de Pemex del más alto nivel para acordar el envío a Estados Unidos de un cargamento de 100 toneladas de cocaína en un carguero de dicha empresa.
Mención aparte merece un detalle que se filtró a la prensa y el juez del tribunal se negó a ponerlo como parte de las declaraciones. Resulta que Vicente Zambada es informante de la DEA -como lo fue Enrique Kiki Camarena-, y está comprando con sus declaraciones una reducción de sus años de cárcel.
Eso explica, entre otras cosas, la traición a su padre.