El ejemplo de Wall Street es un imán para nuevas bolsas de valores y nuevos inversionistas. Hace unos días, un ciudadano de Massachusetts llamado Keith Gill, de apenas 34 años de edad, invirtió en una empresa de juegos llamada GameStop, y logró convertir una inversión de 53 mil dólares en 48 millones de dólares. Todo con un solo tronar de dedos. Su ejemplo llamó a hordas de inversionistas jóvenes, que lograron competir con fondos de cobertura sofisticados. Las plataformas de acción estaban muchas veces organizadas en sus habitaciones y cocheras.

En menos de un año, las acciones de GameStop se dispararon con una fuerza que hace palidecer a las de las bolsas de Nueva York y Tokio.

El logotipo de las acciones de Gill, -un gato que ruge- le dio la vuelta al mundo como una inversión que crece sin medida. Es un ejemplo de cómo ganar mucho dinero sin hacer nada.