En China todo el Internet se mueve bajo censura. Pero existe, y es una herramienta con una increíble cifra de 700 millones de usuarios. Con su inigualable tendencia de replicarlo todo, los chinos han generado los equivalentes locales de Facebook, YouTube, Twitter y Amazon. Y han reunido todas la aplicaciones en una sola, llamada Virality. Y mientras esa aplicación resulta mucho más práctica para que los consumidores puedan conocer y comprar una inmensa cantidad de productos, pedir taxis, ordenar comida de restaurantes, realizar labores de oficina y ampliar sus redes de amigos, el Internet chino se ha erigido como un gigantesco Big Brother que tiene y almacena conocimiento de la vida personal de los individuos, los temas de plática, con quién hablan, qué consumen, qué leen, en qué gastan en la red y fuera de ella. Todo, en manos del Partido Comunista.
Eso también sucede, por supuesto, en las democracias occidentales, y en todos los países que han sido englobados por las redes sociales. Solo que en ellos los datos personales no los almacena un partido político, sino la CIA, el FBI, Interpol, Scotland Yard y también Twitter, Facebook e Instagram.
Se sabe que estas firmas han sido restringidas en naciones como Rusia, Pakistán y Turquia, pero el uso de Internet es una marea incontenible que tiende a expandirse por todo el mundo. Muchas empresas, incluso, están pensando en formas de convertir a los sectores más pobres del mundo en futuros usuarios. Los celulares, primero. La comida, después.
En China el uso de Facebook ha estado proscrito en los últimos 7 años. Pero esto tiende a cambiar. Mientras Donald Trump busca con su sicosis proteccionista iniciar una guerra comercial con China, Mark Zuckerberg -creador y capitán de Facebook- ha desarrollado una herramienta que permite bloquear en los muros de la páginas de los usuarios las noticias que no gustan al gobierno de Beijing. Sin problema.
Para China, el nuevo imperio que promueve la globalización, la introducción de Facebook será un paso más para tener a la población satisfecha. Y para Facebook, se abrirá un horizonte gigantesco de 1,400 millones de nuevos usuarios. Mark Zuckerberg está tan entusiasmado que ya está aprendiendo a hablar mandarín. Se avecina un final feliz para todos.