A pesar del enorme tamaño de la impunidad en México, hay algunas faltas que sí se castigan. En el Instituto Nacional Electoral se discutió el caso de Felícitas Valladares Anguiano, quien tuvo un desliz muy importante al declarar ante los medios de comunicación que la pasada elección en Colima la había ganado un candidato que no era el vencedor.
El 11 de junio de 2015 la consejera presidenta del Organismo Público Local Electoral de Colima emitió una declaración pública en el programa del periodista Joaquín López Dóriga, en la estación Radio Fórmula, diciendo que el conteo final de votos correspondiente a la elección del gobernador del estado de Colima favorecía al candidato postulado por el Partido Acción Nacional, Jorge Luis Preciado Rodríguez. En realidad, el ganador era el candidato del PRI.
El Consejo General del INE determinó fundado –por siete votos a favor y el voto en contra de las Consejeras Beatriz Galindo y Adriana Favela, así como del Consejero Javier Santiago- el procedimiento de remoción en contra de la Consejera del Instituto Estatal Electoral de Colima, Felícitas Alejandra Valladares Anguiano, y sancionó a la funcionaria con una suspensión de 30 días sin goce de sueldo.
El INE sostiene que la funcionaria actuó con negligencia, ineptitud y descuido, por haber dado a conocer de forma anticipada y a través de un medio de comunicación masiva, resultados electorales imprecisos y equivocados, en detrimento de los principios rectores de la función electoral, principalmente el de certeza.
Tal vez un mes sin goce de sueldo es una sanción pequeña en relación a la confusión creada. Pero es un ejemplo de que las faltas en México sí se sancionan.
Si este ejemplo cundiera en las demás instituciones, el país sería distinto.