Cuauhtémoc Blanco, el futbolista que encandiló a los aficionados cuando era parte de la selección nacional de futbol, vive en fuera de lugar desde que se metió a la política. Los primeros meses de su gestión como presidente municipal de Cuernavaca fueron de enfrentamiento con el gobernador Graco Ramírez por el espinoso tema de la policía estatal y la desaparición de las policías municipales. En esas fechas, Cuauhtémoc se presentaba como un paladín independiente que luchaba con sus propios medios contra un gobierno centralista y autoritario.

Después de ese episodio, a Cuauhtémoc empezó a incomodarle la política. «Esto está mucho más cabrón que el futbol», decía, y se le veía sudar en las reuniones del cabildo más que en sus vaivenes en la media cancha. Pero nunca perdía su optimismo de triunfador. Hace poco más de un mes, declaró su intención de contender para gobernador de Morelos por el Partido Socialdemócrata, el partido local que lo llevó a ganar el ayuntamiento de Cuernavaca por una diferencia considerable de votos.

Ahora ha salido la noticia de que Cuauhtémoc Blanco ingresó a la política por la puerta del dinero. Que lo suyo fue puro interés. Que recibió 7 millones de pesos por ser el candidato del PSD a la alcaldía de Cuernavaca el año pasado, y que recibió 1.5 millones de pesos más para sus gastos personales de campaña. La noticia parece cierta, porque en el noticiero de Denise Maerker se exhibió el contrato que firmó el futbolista con el partido para ser su candidato.

¿Y quién filtró la noticia? Pues un exfuncionario del cabildo llamado Roberto Yáñez, quien fue separado de su cargo como secretario del ayuntamiento por diferencias con Cuauhtémoc. Una venganza, pues. Algo nada nuevo en la política.